A pesar de estas aclaraciones, la propuesta ha sido duramente criticada. Gremios como Asobancaria, Fedesarrollo y Colombia Fintech advierten que la medida es un “tiro en el pie”, pues desincentivaría la adopción de pagos digitales, fomentaría el regreso al uso del efectivo y afectaría gravemente a los micronegocios con márgenes de utilidad reducidos. Gabriel Santos, presidente de Colombia Fintech, alertó que los comerciantes podrían trasladar el costo al consumidor o simplemente dejar de aceptar pagos electrónicos. La controversia llega en un momento crucial, justo cuando el sistema de pagos inmediatos Bre-B, una apuesta del Banco de la República para reducir el uso de efectivo, apenas comienza a consolidarse, y los críticos temen que este gravamen frene su masificación.