El presidente Gustavo Petro anunció la decisión de no incluir los incrementos de impuestos a la gasolina y la cerveza en la próxima reforma tributaria. Esta medida surge como una consecuencia directa del acuerdo político alcanzado para la aprobación del Presupuesto General de la Nación para 2026, que se redujo en $10 billones de pesos frente a la propuesta inicial. El mandatario justificó la decisión como un acto de justicia tras el recorte presupuestal. “Como la solicitud nueva de recursos financieros disminuye en 10 billones de pesos, creo que lo más justo es no solicitar incrementos de impuestos sobre la gasolina y la cerveza”, afirmó el presidente.
La propuesta original contemplaba un aumento gradual del impuesto a los combustibles fósiles, pasando del 5 % al 10 % en 2026 y equiparándose al IVA general del 19 % en 2027. Para la cerveza, el plan era incrementar el IVA del 5 % al 19 %.
Estas medidas habían generado una fuerte oposición por su potencial impacto en la inflación, los costos de transporte y el poder adquisitivo de los hogares. La decisión de retirarlas fue celebrada como un alivio para los consumidores y diversos sectores productivos. Sin embargo, el Gobierno mantiene la necesidad de tramitar una ley de financiamiento, aunque ahora con una meta de recaudo menor, estimada en alrededor de $16,3 billones, para cubrir las necesidades de gasto e inversión del país. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, calificó el acuerdo con el Congreso como un “momento dulce” en la relación entre ambos poderes, subrayando el consenso logrado.
En resumenEl retiro de las alzas de impuestos a la gasolina y la cerveza es una concesión política clave del Gobierno para asegurar la aprobación del presupuesto. Si bien alivia la presión sobre los consumidores, mantiene el desafío de encontrar fuentes de financiación para un gasto público elevado a través de una reforma tributaria que sigue siendo sustancial.