Para rones y aguardientes, el IVA subiría del 5 % al 19 %.

Según cálculos citados en un artículo, esto podría elevar el precio de una botella de Aguardiente Antioqueño de $40.000 a un rango entre $60.000 y $65.000.

Adicionalmente, se propone una carga tributaria más alta para cervezas, refajos y mezclas fermentadas.

Camilo Ospina Guzmán, presidente de Asobares, expresó su preocupación por el "incremento desproporcionado en impuestos a licores, vinos y aperitivos". El Gobierno proyecta un aumento de hasta el 57 % en los precios de estos productos, junto con los cigarrillos y vapeadores. Si bien se argumenta un beneficio para la salud pública, los críticos advierten que, sin un plan robusto contra el contrabando, la medida podría fomentar la ilegalidad y, paradójicamente, reducir el recaudo legal que financia la salud y el deporte en las regiones. Jorge Andrés Géchem, del Huila, advirtió que mientras el IVA adicional se concentraría en la Nación, "el impuesto al consumo que llega directamente a las regiones podría caer con la reducción del consumo legal".

Esto pone en riesgo una fuente de financiación clave para los departamentos.