En relación con el impuesto al patrimonio, la reforma reduce el umbral de entrada de 72.000 UVT (aproximadamente 3.585 millones de pesos) a 40.000 UVT (cerca de 1.992 millones), lo que sumaría a más de 105.000 nuevos contribuyentes.

Se establecen tarifas progresivas que van desde el 0,5% hasta un 5% para los patrimonios más altos.

Analistas como el abogado Mauricio Marín Elizalde advierten que estas medidas podrían provocar una "fuga de capital, un congelamiento de inversiones y un clima de incertidumbre jurídica sin precedentes".