La justificación oficial, según la economista Zully Orozco, se basa en que “los bancos generan demasiadas utilidades”.
Sin embargo, esta visión es calificada como un “engaño”.
Analistas como Orozco y el exministro José Manuel Restrepo argumentan que castigar al sistema financiero con una carga fiscal excesiva no afecta a los banqueros, sino a los usuarios del sistema.
Se prevé que los bancos trasladen este costo a sus clientes a través de mayores tasas de interés en los créditos de consumo e hipotecarios, y mayores restricciones para acceder a financiación. Esto provocaría una caída significativa en el consumo de los hogares, menor inversión para las empresas y, en consecuencia, un menor crecimiento económico. El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, calificó de “iluso” suponer que una sobretasa del 15% no se traducirá en mayores costos financieros para los colombianos. La propuesta es vista por sus críticos no como una medida de equidad, sino como una estrategia recaudatoria que podría ralentizar la actividad económica al encarecer el crédito y penalizar la inversión.