Actualmente, el impuesto al patrimonio se aplica a patrimonios líquidos superiores a 72.000 UVT (aproximadamente $3.585 millones). La reforma propone reducir esta base a 40.000 UVT, equivalentes a unos $1.992 millones.

Con este cambio, el Gobierno estima que se sumarían 105.332 nuevos contribuyentes a los 32.397 que ya lo pagan. Además, se introducen nuevas tarifas marginales que van desde el 0,5% y pueden llegar hasta un 5% para patrimonios que superen los 2.000.000 de UVT. El presidente de Anif, José Ignacio López, criticó la medida, señalando que el impuesto al patrimonio ha sido desmantelado en muchos países europeos porque “se dieron cuenta de que básicamente se generaba que los capitales se vendieran”. Según López, el número de declarantes de renta en los tramos más altos ya ha disminuido en Colombia tras la última reforma, y bajar el umbral del patrimonio podría agudizar esta tendencia de “exportar capital”. El Gobierno, por su parte, justifica la medida como una herramienta para mejorar la progresividad del sistema tributario y reducir la alta concentración de la riqueza en el país.