Sin embargo, introduce un aumento en los tramos intermedios: la tarifa para ingresos entre 1.700 y 4.100 UVT sube del 28% al 29%, y se crea un nuevo escalón del 41% para los ingresos más elevados.

Según análisis citados en la prensa, esto implicaría que trabajadores con salarios desde $8,7 millones mensuales comiencen a pagar más impuestos.

Uno de los cambios más sensibles es la eliminación de la deducción por dependientes económicos, un beneficio que permitía descontar hasta 72 UVT por cada dependiente. El Gobierno argumenta que esta medida generaba una duplicidad de beneficios y erosionaba la base gravable. Sin embargo, críticos como el exdirector de la DIAN, Lisandro Junco, señalan que esto “desestimula aún más la tasa de natalidad” y afecta directamente a los hogares de clase media. Adicionalmente, se incrementa la retención en la fuente para salarios entre $7,4 y $17,9 millones mensuales, lo que reducirá el flujo de caja de los trabajadores. El Gobierno espera que estos ajustes permitan un recaudo adicional cercano a los $940.000 millones para 2027, reforzando la progresividad del sistema.