La Ley de Financiamiento propone una controvertida reestructuración del impuesto al carbono, que incluye un fuerte aumento en la tarifa por tonelada de CO2 emitida, pero al mismo tiempo reduce el porcentaje de los recursos destinados a fines ambientales. La medida se enmarca en la política de transición energética del Gobierno, pero ha generado críticas por desnaturalizar el propósito original del tributo. El proyecto plantea incrementar la tarifa del impuesto de aproximadamente 24.000 pesos a 42.609 pesos por tonelada de carbono equivalente (CO2eq) para 2026. Este aumento, de casi el 100%, encarecería el costo de los combustibles y otros productos.
Sin embargo, la distribución del recaudo cambiaría drásticamente: del 80% que hoy se destina al Ministerio de Ambiente, la nueva propuesta asignaría solo un 45% a esta cartera, a través del Fondo para la Vida. Otro 11% iría al programa de sustitución de cultivos ilícitos (PNIS), y el 44% restante se integraría al Presupuesto General de la Nación. Expertos como María Fernanda Wilches, de la Fundación Cataruben, critican este cambio, afirmando que “el impuesto al carbono es una manera de hacer greenwashing porque ponen un impuesto para un tema ambiental, pero que no soluciona temas ambientales”. Adicionalmente, la reforma reduce el incentivo para las empresas que invierten en bonos de carbono para compensar sus emisiones. El descuento aplicable al impuesto por la compra de estos bonos pasaría de un máximo del 50% a solo el 30%, lo que, según Francisco Ocampo de Asocarbono, podría marchitar este mercado y poner en riesgo los proyectos de conservación forestal que financia.
En resumenLa reforma al impuesto al carbono presenta una dualidad: por un lado, busca desincentivar las emisiones con una tarifa más alta, pero por otro, debilita su enfoque ambiental al desviar una parte significativa del recaudo a las arcas generales de la nación y reducir los incentivos para la compensación a través de bonos de carbono. Esta reconfiguración ha generado cuestionamientos sobre si la prioridad es fiscal o verdaderamente ambiental.