Para el sector financiero, que incluye bancos, aseguradoras y comisionistas de bolsa, el proyecto establece una sobretasa de 15 puntos porcentuales en el impuesto de renta, lo que elevaría su tarifa total al 50%. El Gobierno argumenta que esta medida busca equilibrar la carga impositiva, ya que el sector goza de beneficios fiscales que reducen su tarifa efectiva. Sin embargo, gremios como la Andi han advertido que este costo adicional podría trasladarse a los usuarios a través de servicios financieros más caros, afectando el acceso al crédito para hogares y empresas. Por su parte, el sector de hidrocarburos y carbón enfrentaría una sobretasa de renta variable, atada a los precios internacionales, que podría llegar hasta el 15%.
Adicionalmente, se crearía un impuesto especial del 1% sobre la primera venta o exportación de estos recursos.
El expresidente César Gaviria criticó estas medidas, afirmando que el Gobierno pretende “seguir asfixiando sectores estratégicos”, lo que podría desincentivar la inversión y poner en riesgo la llegada de divisas al país.