Gobernadoras como Dilian Francisca Toro del Valle del Cauca han advertido que esta medida generaría un “efecto boomerang”: al encarecer desproporcionadamente el producto legal, se desincentivaría su compra, caerían las ventas formales y, consecuentemente, los recaudos departamentales destinados a salud, educación y deporte.

El principal temor, compartido por Asobares y la FLA, es que se dispare el contrabando, que ya representa un 36 % en aguardiente, y el consumo de licor adulterado, con graves riesgos para la salud pública y la sostenibilidad de la industria formal.