Según el Gobierno, el objetivo es “facilitar, acelerar y asegurar el recaudo del impuesto sobre la renta”.
Sin embargo, empresarios y líderes locales han advertido que este cobro adelantado de impuestos afecta directamente el flujo de caja de los negocios. El exalcalde de Tunjuelito, Joseph Plaza, explicó que “la retención en la fuente es un anticipo del pago de impuestos.
Antes se pagaba año vencido y ahora, el Gobierno la está reteniendo mes a mes sobre lo facturado”.
Plaza subrayó que esta práctica limita la disponibilidad de dinero que los comerciantes utilizan para cubrir gastos operativos como salarios, pago a proveedores o servicios públicos.
Un ejemplo práctico ilustra el impacto: una venta de $147.000 que antes no estaba sujeta a retención, ahora genera un anticipo de $2.200.
Aunque la cifra parece menor, acumulada en múltiples transacciones representa una suma considerable para un pequeño negocio. La medida ha sido descrita como una forma de “exprimir como naranja” a los empresarios, añadiendo una dificultad más a un entorno ya afectado por la inflación y la contracción del consumo.