Esta medida busca aliviar la carga tributaria de un segmento de contribuyentes que ha enfrentado dificultades económicas debido a la inflación y la desaceleración.

El beneficio aplica a personas naturales que perciben sus ingresos principalmente por honorarios, comisiones, prestación de servicios o contratos por cuenta propia. El funcionamiento es sencillo y directo: una vez liquidado el impuesto de renta, el contribuyente podrá aplicar la reducción del 25% sobre el valor final. Por ejemplo, si un trabajador independiente debía pagar 4 millones de pesos de impuesto, con el descuento solo cancelará 3 millones. La DIAN aclaró que no es una exención ni una reducción de la base gravable, sino un descuento sobre el impuesto ya calculado. Para acceder al beneficio, no es necesario realizar trámites adicionales, ya que se reflejará automáticamente en el proceso de liquidación. Sin embargo, es fundamental que los contribuyentes tengan los soportes adecuados que respalden sus actividades y gastos, como certificados de pago de intereses de vivienda, pagos de salud, impuestos como el ICA y el predial, certificados de donaciones y facturas de gastos necesarios para su actividad profesional.

Todos los documentos deben haber sido emitidos por la entidad correspondiente.