Esta medida busca no solo aumentar el recaudo fiscal, sino también considerar las externalidades negativas que estos productos generan en la salud pública.

El ministro de Hacienda, Germán Ávila, confirmó que la iniciativa forma parte de los pilares de la ley de financiamiento. Aunque estos productos ya cuentan con una carga impositiva, la propuesta apunta a fortalecer los esquemas de tributación existentes.

En el pasado, el ministro ya había mencionado el interés de gravar productos como los vapeadores, y ahora se incluyen explícitamente las bebidas alcohólicas. Esta medida se suma a otros impuestos al consumo que el Gobierno busca ajustar, como los impuestos saludables y al carbono.

La propuesta ha generado reacciones, como la del exministro Juan Camilo Restrepo, quien señaló una complejidad adicional para el impuesto a los licores. Según Restrepo, “en la constitución del 91 se reservó la producción de licores a los departamentos, si se quiere cambiar, hay que modificar la constitución”, lo que implicaría un trámite de reforma constitucional que considera inviable en el tiempo restante del periodo legislativo. El presidente Gustavo Petro también justificó la necesidad de nuevos gravámenes, incluyendo los de la gasolina, licores y cigarrillos, como una forma de corregir desbalances fiscales y fomentar una mayor justicia tributaria. El Gobierno argumenta que estos impuestos recaerían principalmente sobre bienes de alto consumo entre los sectores de mayores ingresos.