Otro de los ejes de la propuesta de reforma tributaria es la revisión integral de los beneficios y gastos fiscales asociados al Impuesto al Valor Agregado (IVA). El Ministerio de Hacienda ha señalado que se pondrá un énfasis especial en analizar los "rangos y factores del IVA aplicados al consumo de bienes y servicios que hoy consumen mayoritariamente las personas con mayores ingresos". Esta medida sugiere que el Gobierno podría estar evaluando la eliminación de exenciones, exclusiones o tarifas diferenciales de IVA para ciertos productos que no forman parte de la canasta familiar básica y cuyo consumo se concentra en los hogares de mayor poder adquisitivo. El ministro Germán Ávila fue enfático al asegurar que los ajustes no afectarán la canasta familiar, cumpliendo una instrucción directa del presidente Gustavo Petro.
La intención detrás de esta revisión es mejorar la eficiencia recaudatoria del IVA y aumentar su progresividad, un desafío considerable dado que el IVA es, por naturaleza, un impuesto regresivo. Al focalizar los ajustes en los bienes y servicios de lujo o de consumo no esencial, se busca que la carga tributaria adicional recaiga sobre quienes tienen mayor capacidad de pago, sin impactar el bolsillo de la población de menores ingresos. El debate técnico se centrará en definir con precisión qué productos y servicios serían objeto de estos cambios y cómo se implementaría la medida para evitar efectos colaterales no deseados en la economía.
En resumenEl Gobierno planea ajustar el IVA revisando los beneficios tributarios de productos y servicios consumidos por los estratos de mayores ingresos. La medida busca aumentar el recaudo y la equidad del sistema impositivo, con la promesa de no afectar los productos de la canasta familiar básica.