El Gobierno Nacional ha confirmado la presentación inminente de una nueva reforma tributaria, denominada ley de financiamiento, con el ambicioso objetivo de recaudar $26,3 billones de pesos adicionales. Esta medida es fundamental para equilibrar las finanzas públicas y costear el Presupuesto General de la Nación para el año 2026, que asciende a $556,9 billones. El ministro de Hacienda, Germán Ávila, explicó ante las comisiones económicas del Congreso que esta reforma es indispensable para regresar a la senda de cumplimiento de la regla fiscal y garantizar la sostenibilidad de las finanzas del Estado a mediano plazo. La propuesta surge en un contexto de un elevado déficit fiscal y una alta inflexibilidad del gasto público, donde más del 90% del presupuesto está comprometido en rubros rígidos como el servicio de la deuda, pensiones y transferencias. Según el exministro Juan Camilo Restrepo, esta nueva reforma es "tres veces más grande que la que fue aprobada en el primer año de mandato", lo que anticipa un debate complejo en el Congreso, especialmente por el deterioro de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo.
La administración argumenta que la reforma no es una medida coyuntural, sino una propuesta estructural para dar estabilidad fiscal al país durante los próximos cuatro años, permitiendo financiar prioridades como la transición energética, la seguridad y proyectos de infraestructura. Sin embargo, la iniciativa ha generado preocupación en gremios como la ANDI, cuyo presidente, Bruce Mac Master, advirtió que "la tributaria no puede ser solamente la respuesta a la ambición de gasto que tiene el gobierno, que es inmensa".
En resumenLa nueva reforma tributaria es la principal apuesta del Gobierno para estabilizar las finanzas públicas y financiar el presupuesto de 2026. Su aprobación es crucial para el Ejecutivo, pero enfrentará un arduo debate en el Congreso debido a su magnitud y al sensible contexto político y económico del país.