El ministro fue enfático al aclarar que estos ajustes no afectarán la canasta familiar, cumpliendo una instrucción directa del presidente Gustavo Petro. Respecto a los impuestos directos, la reforma buscará “incrementar la progresividad de los impuestos sobre la renta y el patrimonio”, lo que sugiere que las tarifas para los contribuyentes de mayores ingresos podrían aumentar. Esta estrategia se alinea con el discurso del Gobierno de buscar una mayor equidad en la distribución de la carga fiscal. Sin embargo, esta medida ha generado preocupación en el sector empresarial.
Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, advirtió que “está demostrado que el impuesto al patrimonio ha producido baja inversión y fuga de capitales”, y pidió que el debate se aleje de un “discurso populista”. La senadora Karina Espinoza también expresó su preocupación de que “cada reforma tributaria recae en el ciudadano de a pie”. El objetivo final de estas modificaciones es fortalecer el recaudo de manera equitativa para financiar el presupuesto estatal.