El mandatario sostiene que la deuda del FEPC "no debió haberse establecido", ya que se generó al vender gasolina a precios bajos internamente mientras se compraba a precios internacionales altos con recursos del presupuesto nacional.
Para Petro, esto constituyó una "política social al revés" que desvió fondos públicos hacia los sectores de mayores ingresos, en detrimento de la inversión social en un momento en que la pobreza aumentaba. En un pronunciamiento, afirmó: "Jamás se debió pagar el déficit de la gasolina con recursos del presupuesto.
Eso constituyó un subsidio inconstitucional que terminó beneficiando a los más ricos a costa de los más pobres". Esta narrativa es fundamental para entender la lógica de la nueva reforma tributaria, que busca que "la deuda debe ser pagada por los más ricos de la sociedad". El presidente acusa directamente a la administración de Iván Duque de haber creado esta "aberración" fiscal, que considera la causa principal del déficit que atraviesa el país. La solución propuesta por el Gobierno es una nueva estructura impositiva que corrija esta distorsión histórica, haciendo que los mayores consumidores de combustible contribuyan a pagar la deuda generada por el subsidio del que se beneficiaron.