Para alcanzar un precio estimado entre 599 y 699 dólares, más bajo que el del iPhone 17 o el MacBook Air M4, Apple optaría por componentes menos avanzados. En lugar de sus potentes chips de la serie M, este portátil podría integrar el procesador A18 Pro, el mismo del iPhone 16 Pro, y una pantalla LCD de menor resolución.

El diseño también sería más ligero y estaría disponible en nuevos colores como rosa, azul, plateado y amarillo.

Esta estrategia parece ser una respuesta directa al fin del soporte de Windows 10, que obligará a millones de usuarios y empresas a actualizar sus equipos, creando una oportunidad única para ofrecer una alternativa atractiva dentro del ecosistema de Apple. Si se concreta, este lanzamiento no solo ampliaría la base de usuarios de Mac, sino que también redefiniría la percepción de Apple como una marca exclusivamente prémium, adaptándose a las presiones del mercado educativo y corporativo.