La compañía apuesta por procesar tareas de IA localmente para garantizar mayor velocidad, privacidad y eficiencia energética, marcando una diferencia clave con sus competidores. La nueva arquitectura del chip M5 es el pilar de esta estrategia, con un motor neuronal de 16 núcleos y aceleradores de IA en cada núcleo gráfico. Esto permite que los nuevos MacBook Pro, iPad Pro y Vision Pro ejecuten grandes modelos de lenguaje y tareas de IA generativa directamente en el hardware, sin necesidad de una conexión constante a la nube. Ejemplos prácticos incluyen la capacidad de Final Cut Pro para mejorar videos con IA sin conexión a internet o la generación de avatares y escenas espaciales en tiempo real en el Vision Pro con menor latencia. Este enfoque contrasta con los modelos de Google y Microsoft, que dependen en gran medida de servidores externos.

Apple argumenta que su método no solo es más rápido, sino inherentemente más privado, ya que los datos del usuario no salen del dispositivo. Sin embargo, esta estrategia también enfrenta desafíos, como el hecho de que Apple Intelligence tendrá un lanzamiento limitado en el nuevo iPhone 17 Pro Max, lo que sugiere una implementación gradual de sus capacidades más avanzadas.

La compañía busca así recuperar terreno en la carrera de la IA generativa, donde se había percibido un rezago, apostando por una integración profunda entre su hardware y software.