Según los informes, Apple, junto con Xiaomi y Huawei, controla el 51% del negocio global de pulseras y relojes inteligentes. Este dominio se debe en gran parte a la evolución de sus dispositivos, que han pasado de ser simples accesorios a convertirse en herramientas avanzadas para el monitoreo de la salud y el bienestar. Los smartwatches modernos de marcas reconocidas como Apple ahora integran sensores capaces de detectar los niveles de estrés y analizar la calidad del sueño, ofreciendo a los usuarios una visión más completa de su estado físico y mental. Esta transición hacia un enfoque de salud proactiva ha sido un pilar en la estrategia de Apple, que ha posicionado al Apple Watch no solo como una extensión del iPhone, sino como un dispositivo de bienestar personal. La capacidad de estos dispositivos para integrarse de manera fluida con otros productos y servicios del ecosistema Apple, como el iPhone y la futura plataforma Health+, refuerza su atractivo y fomenta la lealtad del cliente. El éxito de Apple en este segmento demuestra que la combinación de diseño, funcionalidad centrada en la salud y una fuerte integración de software es una fórmula ganadora en la industria de la tecnología personal.