Según reportes internos, los propios ejecutivos de Apple han reconocido estas deficiencias.

Como respuesta, la compañía ha redirigido recursos y personal del proyecto de un Vision Pro más ligero y económico (con nombre clave N100) hacia el desarrollo acelerado de gafas inteligentes. Este nuevo enfoque busca crear un producto con mayor potencial de masificación, alineado con la visión del CEO Tim Cook, quien ha expresado su preferencia por dispositivos que no aíslen al usuario. El plan contempla un primer modelo de gafas (N50) para 2026, que funcionaría conectado a un iPhone, seguido de una versión más avanzada con pantalla integrada para competir directamente con las Ray-Ban Meta. Esta decisión subraya un giro en la hoja de ruta de Apple, que ahora ve en las gafas inteligentes, impulsadas por inteligencia artificial y control por voz, el futuro de la interacción digital, en lugar de los cascos de realidad mixta cerrados.