Pocos días después de su lanzamiento, el iPhone 17 Pro se ha visto envuelto en una controversia denominada ‘scratchgate’ en redes sociales, donde múltiples usuarios y medios han reportado una aparente facilidad para que el dispositivo sufra arañazos y marcas. Las quejas se centran en dos áreas principales: el cristal trasero, que presenta rozaduras atribuidas al uso con accesorios MagSafe, y el módulo de cámaras, donde el acabado de aluminio anodizado, especialmente en el color azul, muestra un desgaste prematuro de la pintura en los bordes. Apple respondió a las críticas a través del medio 9to5Mac, afirmando que las marcas en el cristal no son arañazos permanentes, sino una “transferencia de material” causada por soportes MagSafe antiguos y desgastados en las tiendas, y que estas se pueden limpiar fácilmente. Respecto al módulo de cámaras, la compañía sostuvo que el acabado es similar al de otros productos como los Mac y ha superado rigurosas pruebas de resistencia, aunque admitió que “con el uso normal pueden aparecer pequeñas abrasiones con el tiempo”.
Sin embargo, la experiencia de varios usuarios contradice esta versión.
Creadores de contenido como Federico Ini (“@fechu”) y Luisito Comunica mostraron en videos cómo sus dispositivos presentaban rayones visibles con menos de una semana de uso normal, simplemente por llevarlos en el bolsillo. En el caso de Luisito Comunica, una caída sin funda resultó en la rotura de la pantalla del iPhone Air, un modelo que también promete alta resistencia. La polémica ha llevado a que expertos de iFixit señalen que el diseño con bordes afilados del módulo de cámara podría ser el causante del desprendimiento de la capa anodizada, un problema que generaciones anteriores no enfrentaron de manera tan generalizada.
En resumenEl iPhone 17 Pro enfrenta la controversia ‘scratchgate’ por reportes de arañazos en su parte trasera y desgaste de pintura en el módulo de cámaras. Mientras Apple atribuye las marcas a factores externos y asegura que son superficiales, las experiencias de usuarios y análisis técnicos sugieren una posible fragilidad en el nuevo diseño.