Esta estrategia, que comenzó en Estados Unidos, ahora se expande a 12 países y territorios, marcando un paso definitivo hacia una conectividad completamente digital. La eSIM, o SIM electrónica, es un chip integrado en el dispositivo que se activa digitalmente, eliminando la necesidad de una tarjeta física. Entre sus ventajas se encuentran una mayor seguridad, ya que no puede ser extraída o clonada físicamente, y la facilidad para cambiar de operador o activar múltiples líneas en un solo teléfono, lo cual es especialmente útil para viajeros.

Con la nueva generación, los modelos iPhone 17, 17 Pro y 17 Pro Max se venderán exclusivamente con eSIM en mercados como Canadá, México, Japón, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, entre otros. El nuevo iPhone 17 Air, por su parte, tendrá compatibilidad universal con eSIM en todas las regiones donde se comercialice. Apple ha justificado esta decisión no solo por los beneficios en conectividad, sino también por las ventajas en el diseño interno del dispositivo.

Al eliminar la bandeja SIM, se libera espacio que, según la compañía, ha sido utilizado para incorporar una batería de mayor capacidad en los modelos Pro y Pro Max, aumentando su autonomía en hasta dos horas de reproducción de video. Sin embargo, esta transición también presenta desafíos, ya que la adopción de la tecnología eSIM por parte de los operadores no es uniforme a nivel global, lo que podría generar limitaciones para algunos usuarios al cambiar de proveedor.