Según analistas como Ming-Chi Kuo y Mark Gurman, el rango de precios estimado para el dispositivo oscilará entre 1.999 y 2.500 dólares. Este costo elevado se justifica por la complejidad de su fabricación, el uso de materiales avanzados como el titanio y el desarrollo de una bisagra y una pantalla flexible que minimicen las arrugas visibles. La exclusividad del dispositivo se verá reforzada por una producción inicial limitada.

Se proyecta que Apple fabricará entre 3 y 5 millones de unidades durante el primer año de lanzamiento, una cifra considerablemente menor en comparación con los lanzamientos de sus iPhones tradicionales. Esta escasez deliberada no solo responde a los desafíos de la cadena de suministro, sino que también busca generar una alta demanda y posicionar el iPhone plegable como un objeto de deseo. Con esta estrategia, Apple no pretende competir en volumen en el mercado de los plegables, sino establecer un nuevo estándar de calidad y exclusividad, atrayendo a un público dispuesto a pagar un sobreprecio por la innovación y el diseño característicos de la marca.