Sin embargo, la transición no ha sido absoluta.

El artículo señala que "el fantasma de Jobs (...) persiste" en lo más profundo de la configuración del dispositivo, sugiriendo que todavía existen algunas limitaciones o rastros de su filosofía original que impiden que la experiencia sea idéntica a la de un computador tradicional. A pesar de ello, el enfoque actual del iPad está claramente orientado a la productividad, marcando un hito en la historia del producto y redefiniendo su lugar en el ecosistema de Apple.