El iPad ha completado una transformación estratégica que lo aleja de su concepción original como un dispositivo de consumo de contenido, para consolidarse como una herramienta de productividad similar a una computadora. Este cambio representa una ruptura con la visión inicial de Steve Jobs, quien lo presentó como una categoría de producto intermedia entre el smartphone y el portátil. Según un análisis, Apple ha cumplido su promesa de convertir la tableta en una "auténtica computadora", dotándola de un sistema operativo cada vez más potente (iPadOS), soporte para teclado y trackpad, y capacidades multitarea avanzadas. Esta evolución responde a la demanda de usuarios que buscan un dispositivo ligero y versátil capaz de realizar tareas complejas que antes estaban reservadas para los portátiles.
Sin embargo, la transición no ha sido absoluta.
El artículo señala que "el fantasma de Jobs (...) persiste" en lo más profundo de la configuración del dispositivo, sugiriendo que todavía existen algunas limitaciones o rastros de su filosofía original que impiden que la experiencia sea idéntica a la de un computador tradicional. A pesar de ello, el enfoque actual del iPad está claramente orientado a la productividad, marcando un hito en la historia del producto y redefiniendo su lugar en el ecosistema de Apple.
En resumenEl iPad ha evolucionado para convertirse en un sustituto viable de la computadora, un movimiento estratégico que lo aleja de la visión original de Steve Jobs y lo enfoca en la productividad, aunque aún conserva algunas características de su diseño inicial.