Con esta decisión, Apple asegura un soporte de software de al menos cinco años para sus dispositivos.

Sin embargo, esto también implica que los modelos equipados con el chip A12 Bionic no recibirán la actualización. Específicamente, el iPhone XR, el iPhone XS y el iPhone XS Max, dispositivos que fueron muy populares y que aún son utilizados por una gran cantidad de personas, quedarán anclados en la versión anterior del sistema operativo. Esta segmentación es un paso natural en el ciclo de vida de los productos tecnológicos, pero representa una noticia importante para los propietarios de estos modelos, quienes dejarán de recibir nuevas funciones y, eventualmente, actualizaciones de seguridad críticas.