Según informes especializados, Apple se prepara para lanzar una versión completamente rediseñada de Siri, que por primera vez dependerá en gran medida de una fuente externa para su inteligencia. La nueva arquitectura, que se espera debute con la actualización iOS 26.4, utilizará variantes de los modelos Gemini de Google, ejecutadas dentro de la infraestructura de nube privada de Apple. Este enfoque híbrido es clave para mantener la narrativa de privacidad de la marca, ya que, aunque se beneficiará del poder de procesamiento lingüístico de Gemini, no compartirá datos del usuario con terceros. La información personal, como mensajes o recordatorios, seguirá siendo procesada por modelos locales desarrollados por Apple, mientras que tareas más complejas de planificación o resumen se delegarán a Gemini.
Esta estrategia recuerda al enfoque de Samsung con su línea Galaxy AI, que también utiliza la tecnología de Google para muchas de sus funciones generativas. El objetivo es que Siri supere su limitación clásica de ofrecer respuestas genéricas como “Esto es lo que encontré en la web” y, en su lugar, proporcione explicaciones contextualizadas y conversacionales, similares a las de chatbots modernos como ChatGPT. La colaboración busca revitalizar un asistente que se había quedado rezagado frente a sus competidores, marcando un giro estratégico en la forma en que Apple aborda el desarrollo de la inteligencia artificial.













