Esta tendencia subraya un cambio en las prioridades del consumidor, donde la longevidad del software se ha vuelto tan importante como las especificaciones de hardware.

Los fabricantes están utilizando esta característica para diferenciarse, asegurando a los compradores que su inversión estará protegida contra la obsolescencia de software. Además, la nueva versión del sistema operativo sirve como una base optimizada para las crecientes capacidades de inteligencia artificial que las marcas están integrando en sus dispositivos, permitiendo una mejor gestión de recursos y una experiencia de usuario más fluida y segura. La adopción generalizada de Android 15 desde el lanzamiento es una señal clara de que la industria está respondiendo a la necesidad de ofrecer productos más sostenibles y confiables a largo plazo.