Esta metodología consiste en desarrollar aplicaciones conversando con una inteligencia artificial en lugar de escribir código manualmente, lo que permite que personas con poca o ninguna experiencia técnica puedan construir sitios web, aplicaciones y videojuegos utilizando lenguaje natural. Popularizada por expertos como Andrej Karpathy, cofundador de OpenAI, esta forma de trabajo se basa en describirle a una IA lo que se quiere lograr, y esta se encarga de generar el código correspondiente.

Herramientas como Cursor AI, Claude y ChatGPT están impulsando esta tendencia, simplificando el desarrollo y haciéndolo más accesible.

Para las empresas, el Vibe Coding representa una oportunidad para aumentar la productividad y reducir costos, permitiendo que los equipos se enfoquen más en la creatividad que en tareas técnicas repetitivas.

Sin embargo, este avance no está exento de peligros.

Expertos en ciberseguridad advierten que, a medida que los desarrolladores se apoyan más en código generado por IA, corren el riesgo de introducir fallos de seguridad críticos. Si los agentes de IA no se programan con criterios estrictos, pueden crear vulnerabilidades en áreas como la autenticación o los permisos de acceso. Irónicamente, los propios atacantes también están utilizando técnicas de “vibe coding” para generar código malicioso de manera más eficiente, lo que demuestra que la IA se ha convertido en una herramienta tanto para la defensa como para el ataque en el campo de la ciberseguridad.