Esta estrategia busca garantizar que los usuarios puedan mantener abiertas múltiples aplicaciones pesadas, jugar a títulos exigentes y utilizar funciones de IA sin experimentar ralentizaciones.

Android, por su naturaleza abierta y diversa, requiere más recursos para gestionar la variedad de hardware y personalizaciones de los fabricantes, por lo que una mayor cantidad de RAM se traduce en una experiencia más fluida. Por el contrario, Apple ha equipado sus nuevos iPhone 17 con 8 GB de RAM en el modelo base y 12 GB en las versiones Pro. Aunque estos números parecen inferiores en comparación, el sistema operativo iOS está diseñado para ser extremadamente eficiente en la gestión de la memoria. A través de sistemas como Jetsam, que congela o cierra procesos en segundo plano de manera inteligente, iOS asegura un rendimiento ágil y estable.

La optimización del chip A19 y el uso de almacenamiento NVMe ultrarrápido también contribuyen a que la experiencia del usuario no se vea comprometida por una menor cantidad de RAM.