Estos chats permiten reaccionar con emojis y enviar mensajes de texto, fomentando la interacción directa en torno a la música y los podcasts. Para garantizar la seguridad, las conversaciones solo se pueden iniciar con personas con las que ya se ha interactuado previamente en la plataforma, como a través de playlists colaborativas o sesiones de Jam.

Los usuarios tendrán control total para aceptar, rechazar o bloquear solicitudes de conversación y reportar mensajes inapropiados.

Este movimiento representa un cambio significativo en la estrategia de Spotify, que busca aumentar el engagement y el tiempo de permanencia en su aplicación. Al convertirse en un espacio social, la plataforma no solo facilita el descubrimiento de contenido a través del “boca a boca” digital, sino que también abre nuevas oportunidades para que artistas y creadores conecten con su audiencia.

Aunque Spotify ya había experimentado con una función de mensajería en 2017, la retiró por baja adopción. Ahora, con una base de usuarios mucho mayor, la compañía apuesta a que esta vez la herramienta se consolide como una pieza clave de la experiencia.