Este código, regulado por la norma internacional IEC 60529, no es una promesa publicitaria, sino una garantía técnica que ofrece tranquilidad en el uso diario ante accidentes como salpicaduras, lluvia o inmersiones accidentales.
El código “IP” significa “Ingress Protection” (Protección contra ingreso). El primer dígito, el ‘6’, indica que el dispositivo está completamente sellado contra la entrada de partículas sólidas como polvo, arena o tierra, lo que es ideal para uso en exteriores o ambientes de trabajo adversos. El segundo dígito, el ‘8’, certifica que el equipo puede soportar una inmersión completa y continua en agua dulce a profundidades de más de un metro durante al menos 30 minutos, aunque los límites exactos varían según el fabricante. Es importante destacar que esta protección no es infalible: no cubre agua salada o con jabón, y su efectividad puede disminuir con el tiempo debido al desgaste o a golpes.
Dispositivos como el nuevo Google Pixel 10 Pro y el iPhone 13 cuentan con esta certificación, que se diferencia de otras como la IP67 (inmersión hasta 1 metro) o IPX4 (solo salpicaduras), ofreciendo un nivel superior de durabilidad.