Trump impulsa acuerdo de paz entre RD Congo y Ruanda con intereses estratégicos en la mira



En un evento celebrado en la Casa Blanca, los líderes de la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda suscribieron un pacto de paz impulsado por la administración de Donald Trump. El acuerdo tiene como objetivo principal poner fin a la violencia en el este del Congo, una región marcada por la ofensiva del grupo rebelde M23 y un conflicto con raíces históricas profundas, que se remontan al genocidio de Ruanda en 1994 y las posteriores guerras del Congo (1996-2003), que dejaron millones de víctimas. El tratado contempla puntos clave como un alto el fuego permanente, el desarme de las fuerzas no estatales que operan en la zona, el retorno seguro de los refugiados a sus hogares y un mecanismo de rendición de cuentas para los crímenes cometidos. La firma se produjo tras meses de mediación liderada por Estados Unidos, en colaboración con la Unión Africana y Qatar.
Sin embargo, se informa que, pese al acuerdo diplomático, no hay una tregua efectiva en el terreno, donde los combates continúan.
El interés de Estados Unidos en este proceso de paz está vinculado al gran potencial minero de la región oriental del Congo, rica en tierras raras, minerales que son imprescindibles para la industria norteamericana. Como parte de este acercamiento, se espera que la RDC firme un acuerdo bilateral por separado con Estados Unidos para futuras colaboraciones en proyectos de energía, minería e infraestructura, aunque el impacto a largo plazo del acuerdo de paz principal sigue siendo incierto.










