Incertidumbre y presión externa definen el futuro presidencial de Honduras



A varios días de las elecciones generales del 30 de noviembre de 2025, Honduras sigue sin un resultado presidencial definitivo.
El conteo de votos ha sido intermitente y lento, llegando a suspenderse por fallas técnicas y generando incertidumbre en el país.
La contienda se ha convertido en un “empate técnico” entre Nasry Asfura, del conservador Partido Nacional, y Salvador Nasralla, del Partido Liberal.
El liderazgo ha cambiado de manos: el 3 de diciembre, Nasralla mantenía una leve ventaja, pero para el 4 de diciembre, con más del 84 % de los votos escrutados, Asfura lo superaba por un estrecho margen de menos de 6.000 votos, obteniendo un 40,05 % frente al 39,74 % de su rival.
Debido a las deficiencias del Consejo Nacional Electoral, se estima que los resultados definitivos podrían demorar un mes o más. Los comicios parecen marcar un giro hacia la derecha, con la candidata del oficialista y centroizquierdista Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, obteniendo apenas un 20 % de los votos. Un análisis califica este resultado como una “involución” que podría abortar el proyecto progresista de la presidenta Xiomara Castro. A pesar de que su gobierno logró avances como el crecimiento económico y la reducción de la pobreza y los homicidios, se sugiere un “factor de desencanto” entre el electorado. Se considera que, sin importar quién gane entre Asfura y Nasralla, el país volverá a ser una “base militar de Washington”.
La situación está marcada por una fuerte injerencia externa, principalmente de Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha respaldado públicamente a Asfura y se le acusa de influir en la elección con la amenaza de cortar ayudas y con el anuncio de un posible indulto para el expresidente Juan Orlando Hernández, correligionario de Asfura condenado por narcotráfico. Esta influencia se ve reforzada por el papel de iglesias evangélicas, la dependencia de las remesas y la presencia militar estadounidense. En contraste, países como Panamá, Ecuador, República Dominicana y Costa Rica han instado a las autoridades hondureñas a “respetar la voluntad popular” ante las fallas registradas en el proceso.









