Caracas afirma haber capturado a un "grupo mercenario" con información sobre el plan, que estaría vinculado a los ejercicios militares estadounidenses en Trinidad y Tobago. La denuncia, difundida a través de comunicados oficiales y declaraciones de altos funcionarios como el canciller Yván Gil y el ministro Diosdado Cabello, sostiene que el plan consistiría en atacar un buque militar estadounidense para culpar a Venezuela y así justificar una agresión a gran escala. El gobierno venezolano comparó este supuesto escenario con incidentes históricos como el del acorazado Maine en Cuba y el del Golfo de Tonkín en Vietnam, que sirvieron como pretextos para intervenciones militares de EE.
UU.
Estas acusaciones surgen en el contexto de la llegada del destructor USS Gravely a Trinidad y Tobago para realizar maniobras conjuntas, una acción que Caracas ha calificado como una "provocación hostil" y una amenaza a la paz regional. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, también advirtió sobre la presencia y operaciones de la CIA en el país, asegurando que las fuerzas armadas están preparadas para "proteger internamente de cualquier acto de desestabilización". La administración de Maduro acusa al gobierno trinitense de actuar como una "colonia militar subordinada a los intereses hegemónicos estadounidenses".













