En el plano diplomático, el gobierno venezolano ha denunciado lo que considera una “peligrosa provocación” y ha acusado a Trinidad y Tobago de actuar como un “portaaviones de Estados Unidos” al acoger ejercicios militares conjuntos.

En un intento por apelar directamente a su contraparte, Maduro envió un mensaje en inglés improvisado a Trump: “Not crazy war, yes peace”.

Paralelamente, el gobierno ha impulsado una nueva herramienta de vigilancia social, ordenando la creación de una aplicación móvil para que los ciudadanos reporten “todo lo que vean y oigan”, una medida que, según Maduro, forma parte del fortalecimiento del sistema de defensa territorial.