En respuesta a la creciente presencia militar de Estados Unidos en el Caribe, el gobierno de Nicolás Maduro ha activado una serie de medidas defensivas y ha elevado el tono de sus denuncias. El Ejecutivo venezolano ha calificado el despliegue estadounidense como la “peor amenaza en más de 100 años” y ha puesto a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en máxima alerta. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, aseguró que el país se prepara ante un despliegue que “cada día se aproxima más” a sus costas y anunció ejercicios militares de 72 horas para defender el territorio. En una demostración de capacidad bélica, el presidente Maduro afirmó que Venezuela cuenta con más de 5.000 misiles antiaéreos portátiles Igla-S de fabricación rusa, los cuales estarían desplegados “hasta en la última montaña, hasta en el último pueblo” para garantizar la paz y crear una “patria inexpugnable”. Además, Maduro agradeció a Rusia por el equipamiento que, según él, ayuda a “garantizar la paz”.
En el plano diplomático, el gobierno venezolano ha denunciado lo que considera una “peligrosa provocación” y ha acusado a Trinidad y Tobago de actuar como un “portaaviones de Estados Unidos” al acoger ejercicios militares conjuntos.
En un intento por apelar directamente a su contraparte, Maduro envió un mensaje en inglés improvisado a Trump: “Not crazy war, yes peace”.
Paralelamente, el gobierno ha impulsado una nueva herramienta de vigilancia social, ordenando la creación de una aplicación móvil para que los ciudadanos reporten “todo lo que vean y oigan”, una medida que, según Maduro, forma parte del fortalecimiento del sistema de defensa territorial.
En resumenEl gobierno de Venezuela ha respondido al despliegue militar estadounidense con una combinación de acciones defensivas, retórica de confrontación y medidas de control interno. La exhibición de su arsenal ruso, la realización de ejercicios militares y el anuncio de una aplicación de vigilancia ciudadana reflejan la percepción de una amenaza inminente a su soberanía, en un clima de máxima tensión regional.