El evento religioso adquirió también una dimensión política.

En la víspera de la canonización, manifestantes en Roma exigieron la liberación de los presos políticos en Venezuela bajo el lema “una canonización sin presos políticos”. Este llamado fue secundado por la Conferencia Episcopal Venezolana y el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, quien en la misa de acción de gracias exhortó a Venezuela a “abrir las prisiones injustas” y “dejar libres a los oprimidos”. El presidente colombiano, Gustavo Petro, felicitó al pueblo venezolano por este hito, destacando la unión en la fe y la espiritualidad.