En su intervención, Maduro también hizo un llamado a la defensa del país, ordenando la creación de “brigadas milicianas indígenas” para proteger la soberanía nacional. Esta respuesta, que combina el ataque personal con la retórica militarista, es interpretada como un intento de minimizar el impacto del Nobel y de cohesionar a su base de apoyo frente a lo que describe como una conspiración internacional. La reacción del gobierno venezolano evidencia la profunda polarización del país y su rechazo a la legitimidad que el premio confiere a la oposición.