Se le imputará el delito de homicidio doloso y agravado.

Sin embargo, las grabaciones de cámaras de seguridad muestran que no actuó solo.

Las autoridades identificaron a un segundo agresor, Ricardo González Castro, de 22 años, quien trabajaba como vendedor ambulante en San Victorino y se encuentra prófugo. Según testimonios, González habría confesado a su jefe su participación en un altercado antes de renunciar y desaparecer.

Camilo Rincón, abogado de la familia Moreno, ha sido enfático en que la agresión fue “desproporcionada y abismalmente salvaje”, y que la causa de la discusión inicial pasa a un segundo plano. El amigo de la víctima, Juan David, relató a la Fiscalía que fueron amenazados por Suárez, quien les dijo: “váyanse de aquí o los cascamos”, antes de ser perseguidos y atacados. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, expresó su compromiso “para que este crimen, que hoy enluta a nuestra ciudad, no quede impune”.