La relación diplomática entre Colombia y Estados Unidos atraviesa un momento de máxima tensión tras la inclusión del presidente Gustavo Petro, su familia y su ministro del Interior en la 'Lista Clinton'. A pesar de las sanciones, que incluyen la revocación de su visa, el mandatario ha anunciado desafiantemente que viajará a Nueva York para participar en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU. El presidente Petro ha reaccionado enérgicamente, sugiriendo que las acciones de Washington son una represalia por la compra de aviones de combate suecos Gripen por parte de Colombia. En una entrevista con el medio Al Jazeera, Petro confirmó su intención de viajar, declarando: “Yo tendré el placer de volver a Nueva York, así no quiera recibirme por allá el gobierno federal”.
Esta postura plantea un complejo escenario diplomático y legal.
Un análisis detalla que un viaje en estas condiciones no es un asunto de voluntad, sino que requiere una serie de permisos excepcionales, incluyendo una licencia específica de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros) y una coordinación con el Departamento de Estado, la FAA y la ONU. Sin estos permisos, el viaje se torna "un acto imposible —o en un escándalo internacional". La senadora Clara López, en defensa del gobierno, ha enmarcado la situación como un asunto de soberanía nacional, afirmando que ser complaciente con la administración Trump no garantiza un mejor trato arancelario y que no se puede permitir que un gobierno extranjero dicte la política interna. La crisis se profundiza con una campaña en Washington, liderada por los congresistas republicanos Bernie Moreno y Carlos Giménez, que busca imponer más sanciones a Colombia si no se modifica la política antidrogas y se designa a los grupos en negociación como organizaciones terroristas.
En resumenLa inclusión del presidente Petro en la 'Lista Clinton' ha desencadenado una crisis diplomática con Estados Unidos. El mandatario desafía las sanciones anunciando un viaje a la ONU, enmarcando la situación como una represalia geopolítica, mientras sus aliados defienden la soberanía nacional ante la presión estadounidense.