De estos últimos, dos propusieron un recorte de 50 puntos básicos y uno de 25 puntos.
El viceministro de Hacienda, Carlos Betancourt, en representación del gobierno, votó por la reducción, argumentando que existe espacio para acelerar la recuperación económica.
Esta postura se alinea con las críticas del presidente Gustavo Petro, quien considera que las altas tasas ralentizan el crecimiento. El gerente del Banco, Leonardo Villar, explicó que la junta mantiene “una postura cautelosa de la política monetaria” para anclar las expectativas y sostener la reducción gradual de la inflación. Sin embargo, reconoció que la convergencia hacia la meta del 3% se ha alargado y podría no lograrse en 2026, sino hasta 2027. Analistas como Camilo Pérez, del Banco de Bogotá, advierten que un aumento del salario mínimo cercano al 12% podría impedir que la inflación baje del 4,5% el próximo año, lo que dificultaría futuros recortes de tasas por parte del Emisor. La decisión también se ve influenciada por el panorama fiscal, considerado el principal riesgo macroeconómico del país.













