El gobierno de Estados Unidos confirmó la ejecución de tres bombardeos contra cuatro embarcaciones en aguas internacionales del Océano Pacífico, resultando en la muerte de 14 personas, a quienes calificó como "narcoterroristas". La operación, ordenada por el presidente Donald Trump, intensifica la controvertida estrategia militar estadounidense en la lucha contra el narcotráfico en la región. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó a través de la red social X que los "ataques letales y cinéticos" fueron lanzados contra embarcaciones "operadas por organizaciones terroristas que trafican con narcóticos en el Pacífico oriental". Hegseth fue contundente en su justificación, al afirmar que "estos narcoterroristas han matado a más estadounidenses que Al Qaeda y serán tratados de la misma manera.
Les localizaremos, les ubicaremos y después les cazaremos y mataremos".
Según el reporte, hubo un único sobreviviente, cuyo rescate fue coordinado con las autoridades de México. La Marina de México confirmó haber desplegado una operación de búsqueda y rescate a unos 830 kilómetros de la costa de Acapulco a petición de la Guardia Costera estadounidense. La acción militar ha sido criticada por el presidente Gustavo Petro, quien la calificó de ilegal e ineficaz, argumentando que "el fentanilo no sirve de excusa para invadir América Latina; la cocaína, sí". Por su parte, el presidente Trump defendió los ataques, declarando que las embarcaciones "no estaban pescando".
Esta nueva ofensiva eleva el número de ataques en el Caribe y el Pacífico a 13, en medio de una escalada de tensiones diplomáticas en la región.
En resumenLos bombardeos de Estados Unidos en el Pacífico, que dejaron 14 muertos, marcan una escalada en su política de seguridad, equiparando el narcotráfico con el terrorismo. Mientras la administración Trump defiende la medida como una defensa de su soberanía, líderes como el presidente Petro la condenan como una acción ilegal que agrava las tensiones geopolíticas en América Latina.