El Ministerio de Minas y Energía presentó al Congreso el proyecto de ley "Regulación Justa y Democratización del Sector Energético", una reforma estructural que busca reducir las tarifas de energía, modificar la composición de la CREG y establecer nuevos mecanismos de subsidios y pagos. La iniciativa propone que los estratos altos asuman la deuda de la "Opción Tarifaria" de los más bajos. El proyecto, que modifica las leyes 142 y 143 de 1994, busca, según el ministro Edwin Palma, "democratizar la energía en Colombia" y poner la regulación "al servicio de la gente". Uno de los cambios más significativos es la reestructuración de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), que pasaría a incluir un representante de los usuarios, uno del sector sindical y un experto académico, todos elegidos por concurso público.
Esta medida, según el gobierno, busca romper el carácter "elitista y tecnocrático" del ente regulador, aunque expertos del sector advierten que podría comprometer su perfil técnico e independencia.
Otra propuesta central es la solución a la deuda acumulada por la Opción Tarifaria, un mecanismo que difirió alzas durante la pandemia. El proyecto establece que, de manera excepcional, los usuarios de estratos 5 y 6, junto con los grandes consumidores no residenciales, asumirán la deuda de los estratos 1, 2 y 3. La reforma también prohíbe cobros ajenos al servicio en las facturas, exige mayor transparencia en la facturación y establece que las hidroeléctricas destinen un porcentaje de sus ventas a proyectos sociales en los territorios donde operan.
En resumenLa reforma energética del gobierno Petro plantea una transformación profunda del sector, con un fuerte enfoque en la equidad social y la participación ciudadana en la regulación. Sin embargo, genera un intenso debate sobre la viabilidad de sus propuestas, especialmente en lo que respecta a la independencia técnica de la CREG y la carga financiera que se impondría a los consumidores de mayores ingresos.