La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado con el despliegue de 10.000 soldados estadounidenses, ocho buques de guerra, un submarino, aviones F-35 y drones MQ-9 Reaper cerca de territorio venezolano. El gobierno de Donald Trump justifica la operación como una acción contra el narcotráfico, vinculando al régimen de Nicolás Maduro con el llamado “Cartel de los Soles”, y ha realizado ataques contra embarcaciones civiles, resultando en la muerte de sus tripulantes. En respuesta, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha denunciado que una de las embarcaciones atacadas era colombiana y ha propuesto que Catar actúe como mediador para reducir la tensión. Petro afirmó que “la guerra no puede seguir siendo la respuesta en nuestro continente” y sugirió una alianza militar entre Colombia y Venezuela para combatir las mafias en la frontera.
Caracas ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, acusando a Washington de preparar el terreno para una intervención militar y de buscar apoderarse de sus recursos petroleros. Según The New York Times, el régimen de Maduro habría ofrecido en secreto a EE.
UU. una participación dominante en su petróleo y minerales a cambio de frenar las sanciones, pero la oferta fue rechazada.
Mientras tanto, Cuba ha hecho un llamado a la comunidad internacional para evitar una escalada militar que, advierte, podría desestabilizar toda la región. La situación se mantiene en un punto crítico, con la diplomacia en un segundo plano frente a la demostración de fuerza militar.
En resumenEstados Unidos ha intensificado su presencia militar en el Caribe cerca de Venezuela, justificándola como una operación antinarcóticos, lo que ha elevado la tensión regional. En respuesta, el presidente colombiano Gustavo Petro propuso la mediación de Catar para evitar un conflicto, mientras Venezuela denuncia planes de agresión y busca apoyo en la ONU.