El Congreso de la República del Perú destituyó a la presidenta Dina Boluarte alegando “incapacidad moral permanente”, en una decisión que profundiza la prolongada crisis de gobernabilidad del país. La vacancia fue aprobada con una abrumadora mayoría de 122 votos a favor, superando ampliamente el umbral requerido y marcando la caída del séptimo presidente peruano en menos de una década. La destitución fue motivada principalmente por la creciente ola de inseguridad, con altos índices de criminalidad y extorsión, así como por una serie de escándalos que erosionaron la ya baja aprobación de Boluarte, que según encuestas alcanzaba un 94 % de desaprobación. Un tiroteo durante un concierto en Lima el 8 de octubre fue el detonante que llevó a sus antiguos aliados en partidos conservadores a retirarle el respaldo y sumarse a la moción de vacancia. Boluarte, quien asumió el poder en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, no se presentó ante el Congreso para ejercer su defensa. Tras la votación, el presidente del Congreso, José Jerí Oré, un abogado de 38 años, asumió inmediatamente como presidente interino de la República.
En su primer discurso, Jerí pidió perdón al pueblo por los errores del sistema político y declaró la lucha contra las bandas criminales como su principal prioridad.
Su mandato se extenderá hasta las elecciones generales programadas para abril de 2026, aunque algunas bancadas ya presionan por un adelanto electoral para calmar la tensión social. La salida de Boluarte ha generado controversia, incluyendo la revelación de su actividad en redes sociales, donde seguía cuentas de contenido para adultos y había publicado mensajes considerados sexistas.
En resumenEl Congreso peruano destituyó a la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”, citando la crisis de inseguridad y escándalos de corrupción. José Jerí, presidente del Congreso, asumió como mandatario interino hasta las elecciones de 2026, en un nuevo episodio de la profunda inestabilidad política que afecta al país.