Rusia ejecutó uno de los ataques aéreos más masivos sobre Ucrania desde el inicio de la guerra, impactando por primera vez un edificio gubernamental en Kiev y causando víctimas mortales. La ofensiva, que incluyó más de 800 drones y 13 misiles, ha sido condenada por el gobierno ucraniano como un acto deliberado para prolongar el conflicto en un momento en que se exploran vías diplomáticas. El ataque, ocurrido en la madrugada del domingo, dejó al menos dos muertos —una mujer embarazada y su bebé— y más de 20 heridos. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, informó que el incendio en el histórico edificio del Gabinete de Ministros se produjo tras el “presunto derribo de un dron”, aunque no se ha confirmado si el impacto fue directo.
La primera ministra, Yulia Svyrydenko, declaró: “Reconstruiremos lo destruido.
Pero las vidas perdidas no se pueden recuperar.
Rusia continúa aterrorizando y asesinando a nuestro pueblo a diario”, y pidió intensificar las sanciones contra Moscú.
Además del objetivo gubernamental, uno de los drones impactó directamente en un edificio de apartamentos, causando la muerte de una familia y dejando a varios residentes atrapados bajo los escombros. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó a Moscú de buscar sabotear los esfuerzos de paz, afirmando que “estos asesinatos ahora, cuando la diplomacia real ya podría haber comenzado, son un crimen deliberado y un intento de prolongar la guerra”. Este bombardeo se produce pocos días después de su visita a París, donde discutió posibles garantías de seguridad para Ucrania, mientras desde Moscú, Vladímir Putin le sugería viajar a la capital rusa para negociar.
En resumenEn una significativa escalada del conflicto, Rusia lanzó un ataque aéreo masivo sobre Ucrania que, por primera vez, dañó la sede del gobierno en Kiev y causó la muerte de civiles. El gobierno ucraniano interpreta la ofensiva como un intento de Rusia por torpedear cualquier avance diplomático hacia la paz.